martes, 5 de abril de 2011

EL ETERNO RETORNO

   Estimados vampiros sobrevoladores de la ceguera: desplieguen atentos sus alas para planear sobre la histeria hertziana difusa, pues con ustedes regresa un día más:

RADIO  VAMPIRO  INTERNACIONAL.


"Tienen una bomba
no destruirán el mundo,
no, no están locos,
no pueden esperar para usarla.
No pueden esperar para probarla.
Tienen una bomba.
Cuatro, tres, dos, uno, ¡fuego!"

Catapún!!!! Esta explosión Dadá de la banda anarkopunk CRASS, descontextualizada y amputada de manera vil, nos sirve para presentar a una inmensa banda de pirómanos sónicos que con su reciente disco, "Burning your house down", acaba de hacer estallar una bomba de destrucción masiva (o una zona de exclusión aerea, como prefieran) en la escena rockera actual. Hablamos de THE JIM JONES REVUE.
Efectivamente, tienen una bomba que en cada disco, en cada concierto, hace saltar por los aires las conservadoras profecías de los agoreros que piensan que el rock está muerto, y que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Sintetizando lo mejor de la historia del rock & roll, como puedieran ser un Jerry Lee Lewis metamphetamínico junto a un Little Richard insomne y a unos Zen Guerrilla habitualmente borrachos. Removido y agitado dentro de una sucia y cochambrosa coctelera de sonido punk. Resultado final: flambeado de Jim Jones Revue listo para tragar y quemar la garganta.
Al igual que el pastor homónimo del Templo del Pueblo, sus conciertos son de los mayores suicidios colectivos de energía y electrolitos.
3000 revoluciones al servicio del más desgarrador rhythm and blues garagero, torbellino huracanado de adrenalina al servicio del más sublime éxtasis musical, que tal cual: quema.
   Muy preocupadas las multinacionales acaban de comunicar al planeta que la música rock ha descendido notablemente su volumen de ventas, que se ha acabado el antiguo embrujo que producía en la juventud.
Es bien probable que haya desaparecido de los politonos, de las vías de consumo masivo(en las que en los directos se sintetiza la música de la banda y un ser patético canta sobre ellas), de las listas de (pre)éxitos, de las pelis de adolescentes americanos...
¡Qué pena! ¿No será que los nuevos tiempos están cambiando las redes de difusión y consumo cultural? ¿Acaso pueda ser que muchos grupos de rock estén dando la espalda a la putrefacta industria y busque una relación más honesta y menos mercantil con su audiencia? ¿No será que la época de las estrellitas mediáticas ha llegado a su fin(véase OT)? ¿Será verdad aquello que decían los estoicos y Nietszche sobre el eterno retorno?
El mundo se repite. Primero se extingue por medio de la conflagración, que todo lo prende. Una vez quemado, los hechos se reproducen exactamente en el mismo orden, tal cual sucedieron.
Con ustedes: el regreso del mítico y salvage ritual de caos, y revolución, que siempre fue el Rock and Roll.