martes, 13 de diciembre de 2011

EL ÚLTIMO ADIÓS

  Estimados vampiros con ustedes emitiendo, desde un humilde receptáculo de sueños que ondean a la deriva:
Radio Vampiro Internacional.

   Si un alienígena bajara de su platillo volante (que pudiera ser) y le diera por pisar nuestro país (comprensiblemente improbable) y nos preguntara qué música se hace aquí, siempre hemos pensado que le daríamos a escuchar a Enrique Morente.
En concreto, una de las mayores obras maestras del arte contemporáneo: "Omega". Esta obra de incalculable valor fue publicada por Morente y Lagartija Nick en 1996 y es una cuestión irrefutable que es el mejor disco publicado en la historia de la música contemporánea española. Obra que no sólo trasciende cualquier género musical sino que retorna a los mayores creadores líricos del siglo XX (Lorca y Cohen) pasado por el filtro y la génesis de un visionario de los nuevos caminos, las nuevas estructuras que, sin duda, debe adoptar la nueva música si quiere ser considerada arte, y no una archiconocida, y recurrente, copia lineal de productos sonoros.
   Enrique Morente, el joven obrero analfabeto que soñó con ser poeta del cante. El esfuerzo autodidacta le llevó a manejar con soltura toda la historia de la poesía española y le convirtió en el mayor maestro y divulgador musical de los San Juan de Cruz, León Felipe, Miguel Hernández, Machado, Alberti, Lorca...  en la voz de los poetas muertos.
Su dominio sobre el flamenco clásico era absoluto, clavando los cantes, rescatando palos en desuso; pero mayor aún era su capacidad para encontrar la regeneración de lo ortodoxamente engangrenado en un monolítico aplauso autocomplaciente. Aunando lo mejor de lo clásico y la vanguardia musical, lo añejo con lo tecnológico, por muchos fue incomprendido, vilipendiado y expulsado de los céreos cánones flamencos. 
A pesar de sus casi 70 años seguía siendo un joven soñador, con muchas ganas de vivir, juerguista (sus conciertos duraban, practicamente, hasta que la organización cortaba la luz), inquieto, absorbente de la vanguardia y un auténtico modelo de apertura a otros mundos y generaciones.
Bromeaba, medio en serio, diciendo que le hubiera gustado ser un roquero y por ello compartió escenario, y creación, con varios de los grupos más vanguardistas del rock: Los Planetas, Lagartija Nick, Sonic Youth. Seguía soñando con abrir con su música el camino hacia un mundo nuevo, libre de fusiles y veneno, de recalcitrantes momias asesinas.
Idealista, humanista: sólo un hombre en la tierra era capaz de que su voz, su música, fuera una especie de conexión transcendente con el trance tribal de los hombres primigenios. Sus conciertos eran auténticas experiencias místicas, misas solemnes, cuyo sonido envolvente, de ultratumba, extendía el alma hacia lo más sublime del espacio etéreo.

Hoy hace un año se marchó, sin pedir permiso, el mayor artista de la música contemporánea española; y muchos no se han dado ni cuenta.
Su voz nunca más vibrará desde el Albaicín hasta el Paseo de los Tristes, pero en el sueño aún queda la esperanza de que los alienígenas le abdujeran y su voz se encontrara con las estrellas que guían el devenir de las personas que viven la pureza del arte.




 


                                                                         
                                                                         

viernes, 11 de noviembre de 2011

CON TODA PALABRA

    Estimados vampiros, bienvenidos al abismo de la radio sesgada por el amor a la música. La radio consciente de que es el amor el que hace que suenen las músicas, esas que provocan que cielo y tierra se fundan en un inmenso todo maravilloso de sensaciones encontradas, en un imperceptible horizonte, tan puro: que duele.    
Con ustedes, un día más:
RADIO  VAMPIRO  INTERNACIONAL.

   A pesar de nacer norteamericana, su madre le puso el nombre de la capital de Tibet por sus bellos ojos rasgados. Al contrario de buena parte de sus paisanos, Lhasa, era una ciudadana del mundo. El cual recorrió, desde bien chiquita, como una auténtica trotamundos soñando en una caravana. Por ello sus versos fluían naturales, y precisos, tanto en inglés, francés, como en español. Palabras exactas que brotaban arropadas por una música serpenteante, hipnótica.
   La mujer de la sutileza artesana, que no infringía las normas modernas de producción sino que las ignoraba. A pesar de cancelar a la mitad su gira de 2009 por problemas de salud, nuestra inocencia nunca sospechó que estaba ardiendo de cancer. Su enorme valentía le hizo salir a recorrer, como cuando niña, medio mundo, hasta que el bicho dijo basta y apenas le dejó asomar la cabeza hasta el primer día de 2010.
Nosotros que creímos que a sus 37 años, tras la pérdida de Mercedes Sosa, era la nueva voz de Hispanoamérica. Demasiado pronto.
(Si)Acaso, nos puede quedar un pequeño consuelo: al igual que nosotros aprendimos a saborear la música, y su sentido, gracias a ella. Ella paladeó cada minuto, cada segundo (deleitosa) su vida.
Pero lo cierto, es que el destello minucioso de la música ahora es una estrella apagada.
La mujer de corazón profundo dejó el nuestro vacío, pero lleno de tragedia.
Devolvió a la palabra su significado, y como nosotras, Lhasa, era amante de la música triste. Cantora: que bebía del blues, del folk, del klezmer, de Violeta Parra, de Victor Jara, de Mercedes Sosa...
Amante de la música cuyo único optimismo es la (pequeña) certeza que (una) supone (es) estar viva.
Como las grandes poetas, sabía que el único poder debe residir en la palabra.
Y, hoy, el escalofrío manda. Hoy, que sabemos que si mueren las poetas nadie susurra al oido de los muchachos.
Que sabemos que no es justicia lo que prestan los dioses.
Hoy, que si miras al cielo: ya no hay lluvia.
Hoy, que las palabras verdaderas son las lágrimas de los que no pudieron llorar.
Y en vez de llorar, hablaron:
Con toda palabra.



                                                   


                                         



 


miércoles, 2 de noviembre de 2011

LOS NIÑOS YANQUIS JUEGAN AL BÉISBOL EN LAS CALLES

JA, JA, JA. Amados vampiros, prepárense para el alunizaje sonoro de la radio más sangrienta del universo lunático. Con ustedes, tras una larga hibernación,
RADIO  VAMPIROU  INTERNACIONALLLLLL!!!!

  "Los niños yanquis juegan/al béisbol en las calles, los niños libios corren/entre bombas y escombros. Reagan tiene almorranas/su culo escupe sangre"(extracto de canción, recurrente, de Código Neurótico)

  Las historia se reproduce con preocupante fidelidad. Eterno retorno a sangre y fuego. El pueblo libio es todo un ejemplo de dignidad y vanguardia revolucionaria así como de objeto de opresión y exterminio. Ya fue el primer pueblo en conseguir la independencia en África y su experiencia emancipatoria desencadenó la (supuesta) liberación colonial de todo su continente. Como suele ocurrir en toda revolución el poder popular se lo apropian unos pocos. En esto Libia no fue vanguardia y reprodujo la eterna maldición de la historia de los movimientos sociales que tornan a políticos (poder puro y duro); si no a religiosos, como probablemente ocurra ahora. Primero el rey Idris, luego Gadafi y ahora...más sangre, más fuego.
Hace casi treinta años, Libia, también sufrió los bombardeos del imperio.Todo un pueblo inocente y oprimido sufrió los pepinos que le salieron del culo a Reagan, en represalia por el apoyo de Gadafi a grupos terroristas.
El germen de los actuales movimientos populares en los países árabes es puramente libertario. El grito desesperado de una sociedad oprimida por la dictadura y la escasez de pan. Ambas cuestiones subvencionadas por los países imperialistas que ora matan a un pueblo de hambre con el bloqueo económico, ora blindan el poder de un sátrapa a cambio del negro líquido elemento, y de la entrada de sus multinacionales. El eterno problema colonial. Neo, solo es un personaje de pelicula.
Mientras la ciudadanía libia se jugaba la vida y la dignidad contra su férreo régimen todos los mandatarios occidentales, miembros de la Otan y de la Onu, andaban muy preocupados por el color que le iban a poner a los Mercedes que les había regalado el dinero gadafo. Pero como la codicia y la justicia son infinitas, se decidió excluir los cielos y teñirlos de fuego. Se puso en marcha el peligroso unívoco envoltorio mediático y, de repente, occidente se volvió revolucionario.
No existe guerra justa. En el macabro juego de la guerra nadie entra sin cobrar. Quienes participan invierten su dinero, quienes se oponen: su sangre y su libertad.
Esta canción va dedicada a estos últimos.

                                                           

martes, 26 de julio de 2011

LA CALLE ES GRATIS

    Sudorosos vampiros, amantes del etéreo crepúsculo estival, desplieguen sus alas con atención pues con ustedes se halla Radio Vampiro Interncional, emitiendo.

   Cuando una/o traspasa las puertas del metro, habitualmente, el vagón está repleto, se mendiga el oxígeno y transpiran los cristales. Metro de Madrid: Suda.
Hay ocasiones, mágicas, en las que detrás nuestra entra un músico, desenfunda su raído acordeón y empieza a entonar una antigua canción popular de su lejana tierra, allá en el Este. O una triste ranchera, o el mítico "When the saints go marching in"...
Cuando entona sus primeras notas, es fácil obsevar alrededor los, cada vez más caídos, rostros de la gente. Se percibe cierto encogimiento, recorren el vagón sucias miradas de incordio, le observan como una amenaza: un extranjero que perturba con su ruido el armónico traqueteo del tren.
Para algunos, los menos, es un regalo. Un halo de luz, en aquel agujero infernal. Es medicinal para su claustrofobia y les hace más llevadero el viaje. El agobio sudoroso torna ahora en sonrisa y deleite.
Tanto en el metro como en las calles de la ciudad, todavía, quedan estupendos músicos que nos hacen la vida (calculada y monótona) más alegre. Nos muestran su arte y cultura a cambio de nuestra voluntad. El único intermediario es un pañuelo tendido, que sostiene algunas monedas con las que sobrevivir.
Para las personas que les gusta la música, es mucho más fructífero dar un paseo por la ciudad que escuchar la radio, pues en este país es (muy)raro que en una emisora se pueda escuchar música de Los Andes, Nueva Orleans, clásica, El Caribe, folk, fanfarria de gitanos rumanos (que hacen sonar de manera exquisita trompetas y acordeones destartalados)... en menos de una hora.
Un incalculable tesoro de arte, tradiciones y miradas que nos abrazan, día a día, sin apenas darnos cuenta.
   Aunque a los mercaderes de música les parezca increíble, la concepción de músico callejero (que se expresa informalmente en el espacio público, a expensas de los canales masivos de difusión de la cultura), desde hace siglos, es la transmisión más común de la música popular tradicional. Trovadores y juglares jugaron un papel fundamental al cantar, junto a su laud, una tradición oral que ha prefijado muchos de los mitos culturales de la mayoría de los pueblos. Africanos, en su huida de la guerra, en vez de un AK47, empuñan su yembé y nos ilustran, con su magnífica voz, sobre la diáspora y los horrores que se producen en su pueblo. El gitano rumbero, desde tiempos inmemoriales, anima al abrazo de los amantes. Los chavalitos del hip hop nos escupen a la cara sus inquietudes y los problemas del barrio. Ya hablamos del quejido callejero de los vagabundos del jazz y del blues...
Incluso, hoy, hay mucha gente que no se nutriría de la música en vivo si no fuera por los sonidos que nos brindan las calles.
   En nuestras grandes ciudades (al contrario de lo que sucede en Kingston, Nueva Orleans, New york, El Cairo, etc) se considera a los músicos callejeros como perturbadores del orden cívico, contaminantes acústicos, caraduras que no pagan el impuesto revolucionario de la (pútrida, corrupta y monopolista) SGAE, bohemios malnutridos que repelen la atracción de capital privado.
No se consideran patrimonio cultural de una ciudad viva. Es por ello que las ordenanzas de los dos grandes ayuntamientos del país cada vez ponen las cosas más difíciles: en Madrid (aparte de cerrar decenas de salas en vivo) se prohibió hace un año tocar la percusión en El Retiro (en donde se liaban las mejores tamboradas del mundo, en un espacio, tangible, de auténtica convivencia racial) además de poner contínuas trabas respecto a los espacios y horarios.
En Barcelona, al igual que en Madrid, buena parte del centro está vetada, pero lo más acojonante (y vejatorio) es que el ayuntamiento ha realizado una serie de castings (¡hasta donde llega la infamia televisiva!) para limitar los músicos que tienen permiso para tocar en el metro. El criterio de selección es que los músicos han de ser melódicos y suaves. Sin comentarios...
   Del arte callejero, además de la mera expresión artística, subyacen muchos otros intereses. Es una pequeña isla de resistencia frente a las contínuas agresiones a la libertad de expresión en la calle, frente a la (antinatural) mercantilización del arte y frente a la podrida expropiación de los espacios públicos, que pasan a manos privadas, previa comisión al alcalde de turno.
   El rito musical es auténtico. Las gentes que se buscan la vida en la calle conforman un aparato integral de resistencia. Crean un espacio modélico de convivencia multicultural. Y, aparte de su arte al desnudo, nos muestran que otra forma de arte es posible, otro tipo de conversación musical es deseable, y otro aprovechamiento del espacio público urge.
Queridos vampiros: salgan a las calles con unas monedas, den un paseo y conecten su alma con las múltiples músicas que éstas regalan.
¡El arte está en las calles!
¡Qué suene la música!
¡La calle es gratis!

                                                   
*Nota: esta canción es un regalo de VampiLuis y es un grito desesperado para que las personas que están sufriendo este amargo verano no se vayan y hagan un titánico esfuerzo para permanecer sangrando, riendo, llorando, junto a nosotros.          


martes, 24 de mayo de 2011

CHICO BLANCO MISTERIOSO

Pálidos y errantes seres, con ustedes Radio Vampiro Internacional: emitiendo.

   Como las calles por las noches, nuestro programa es un bosque de espejos de la muerte y de los sueños. Experiencias laberínticas de vampiros sedientos por hacer del público un artista, más que del artista pueblo. Cultura popular en MAYÚSCULAS, consciente, rebelde, despierta. Navegando, sin rumbo y en el delirio, por los recovecos de la psique, por los mares de nuestra ignorancia.

   Hubiera sido poco decoroso que el rock de los noventa se recordara, únicamente, por los berridos (aún gratos) de los Cobain, Corgan, De la Rocha, Fran Black, etc... y se olvidara para siempre de la voz de voces, sensibilidad de sensibilidades, del Mistery White Boy: Jeff Buckley.
   Niño prodigio, amante de la desventura, profeta de la lírica triste y enigmática, de la tragedia. Visionario de la profecía autocumplida.
Hijo del gran cantautor, Tim Buckley, al que, a pesar de ver una sola vez, quedó por siempre conectado heredando su magna voz, y su triste y prematura muerte.
Andaba desmbulando con su música por bares y cafés cuando el reputado productor Andy Wallace (White Zombie, Bad Religion, Nirvana) le descubrió y le metió a grabar, en el otoño de 1993, su única y excelsa obra: "Grace". Increíble disco de gran complejidad en estructuras y arreglos, capaz de convertir en música lo inaprensible, en poesía sonora el mundo de los sueños:
   "¿Has tenido alguna vez esa clase de recuerdos en los que crees recordar un sabor o una sensación o algo... quizá un objeto... pero esa sensación es tan extraña que no puedes quitártela de encima? Te vuelve loco. Esa es mi premisa estética musical... ese imperceptible recuerdo. Es algo enteramente surreal. Es como si hubiera un guardián en la puerta de tu memoria y no te dejara recordar ciertas cosas porque solo puedes recobrar la totalidad de la memoria sometiéndote a su poder"
   Su música y lírica (oníricas) son reveladoras de la desgracia, profecías de lo que, a nadie extrañó, sería su trágico final: 
La canción "Eternal Life" comienza con unos versos donde la cercanía de la muerte es palpable: "La vida eterna sigue mis pasos/Ya tengo mi ataud rojo brillante, tío, solo necesito un último clavo". En "Lover, you should´ve come over" dice: "Miro la puerta y veo la lluvia cayendo sobre los asistentes al funeral/Desfilan en un duelo de tristes relaciones mientras sus zapatos se llenan de agua". En "Dream Brother"(ver video): "Hay un niño dormido al lado de su gemelo/Las fotografías se las lleva con rabia el viento/Y entonces aparece ese ángel sombrío/Les observa con sus negras alas desplegadas".
   El chico de mente brumosa, y arcana, se encontraba en Memphis para empezar a grabar con su banda lo que sería sus nuevo disco. La versión oficial dice que al anochecer del 29 de mayo de 1997, Jeff y un amigo, bajaron a la orilla del gran Mississippi para sentarse a tocar y cantar. Cuando en el casete que llevaban empezó a sonar el "Whole Lotta Love", de Led Zeppelin, Jeff se tiró emocionado, y vestido, al agua. El paso de una lancha generó una ola que hizo que su amigo, Keith, se girara para recoger su casete y evitar que se mojara. Cuando volvió la cabeza, Jeff, había desaparecido. Después de buscale, con submarinistas y helicópteros, durante todo el fin de semana, el cuerpo hinchado fue avistado, cinco días después, por una barcaza de turistas.
El lecho del ancho río dejó mudo, para siempre, al mayor acróbata de la voz hasta entonces conocido. Capaz, en un instante, de pasar del más apabullante desgarro vocal al lirismo perfecto de un tenor.
Nunca nadie interpretó el Hallelujah, de Leonard Cohen, como él. Nadie la enriqueció y sintió, como él, nunca antes. Por ello la hizo suya y estableció la canción definitiva (ver video).
El mundo de Jeff Buckley era la música total, trascendente. El traspaso por la luminosa puerta que nos separa de la realidad, de la vida aparente. Por eso su vida estaba más cerca del umbral que cruzó a través de las traicioneras aguas del Mississippi, flotando, enigmático, en el mundo de los sueños inacabados.

  

                                                                                                                   






miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS DIGNOS

   Los hijos del agobio, los emboscados en el monstruo cotidiano de la importencia hemos dicho basta. Rehartos del insulto hemos decidido que si nos llaman tontos al menos deberían, como el circo romano, darnos pan. Cuando tenemos hambre y pedimos pan nos dan una hostia, no te alimentas pero te calientas. En cambio, si tienes frío y pides calor te dan una mierda: no te vas a calentar pero te alimentas.
Sin embargo, los chicos de la porra de Rubalcaba y Gallardón no desangran tanto a la razón como creen. A los legisladores de mierda les ha salido el tiro por la culata. Su violencia no ha hecho más que congregar a más miles y miles de ciudadanos en la plaza de la ciudad.
Ahora su estrategia es otra: ¡Que hablen los antidisturbios de la palabra! Los mercenarios de la comunicación reaccionan en las tertulias torturando al pensamiento, imponiendo la voz de su amo. A nosotros nos da la risa:¿Cómo son tan tontos? ¿Cómo nos pueden dominar estos sin cerebro? Cada paso que dan para aplacar esta revuelta espontánea ciudadana, se ve que no tienen ni puta idea de qué hacer, pues más se va convirtiendo en un movimiento social. Por cada palabra vacía que vomitan más se va configurando un hilo conductor que convierte la indignación en una dialéctica constructiva. De la indignación se nutre todo un cuerpo de ideas universales que buscan la dignidad. No es más que recobrar la esencia de la política. La construcción de una pequeña república en la plaza de la ciudad. La reconquista del ágora de la polis donde se decide en asamblea. La Comuna de Madrid. La democracia y el espacio público partícipes de sus ciudadanos y a la inversa.

Estos días Madrid es una fiesta. A veces parece una pequeña historia romántica, otras parece que en la plaza se oye el latir del universo.

                                                                    

sábado, 14 de mayo de 2011

LA MEMORIA DEL OLVIDO

   Vampiros diurnos, muertos vivientes de este bonito mundo que padecemos, con ustedes regresa, un día más:
Radio Vampiro Internacional.

  
   Aunque la mirada de un niño sea inocente, hay personas que parecen haber nacido tristes. Viven por vivir y, demasiado pronto, su inevitable destino es la muerte.
Aquel barrio que nos vio nacer ha cambiado mucho, pero quizá algunos recuerden a una persona sin hogar que llamaban "El legionario".
Vestía gabardina gris, como su rostro, y deambulaba por la calles buscando su alma perdida.
Muchos decían que tenía la mente enferma pero, simplemente, hablaba solo porque no tenía con quién hablar.
Bebía mucho vino porque su vida estaba seca, y su locura era nuestra locura.
Nuestro barrio le rechazaba porque se rechazaba a sí mismo, tal como éramos. Nuestras madres nos cuidaban, con gran recelo, de él cada mañana al ir al colegio y cuando le veíamos debíamos huir, pues se le suponía peligroso.
"El legionario", nunca hizo daño a nadie que no fuera a él mismo. Se hería a sí para canalizar el daño que le hacíamos los demás con nuestro desprecio. Contínuas eran las quejas porque dormía en los soportales y múltiples veces le echaron a patadas.
En sus sueños naúfragos se veía rodeado de niños en el parque contándoles sus cuentos de sabio viejo, sus quijotescas gestas en la legión, diciéndoles que en algún tiempo supo amar y ser amado. Sin embargo, los niños mirábamos en la distancia y nos reíamos, como nuestros mayores, de él.
Algunas mamás sensibles le otorgaban unas monedas con las que morir.
Y así fue como una fría mañana de invierno amaneció muerto sobre los adoquines de la calle del olvido. Rodeado, como nunca antes, por las marujas del barrio para cotillear en el mercado.
"Bebía demasiado", decían entre gritos de fruta.
Ignorando que murió solo de soledad, triste de tristeza.
Que murió de muerte.



                               


                                                             
                                                                  
      

martes, 5 de abril de 2011

EL ETERNO RETORNO

   Estimados vampiros sobrevoladores de la ceguera: desplieguen atentos sus alas para planear sobre la histeria hertziana difusa, pues con ustedes regresa un día más:

RADIO  VAMPIRO  INTERNACIONAL.


"Tienen una bomba
no destruirán el mundo,
no, no están locos,
no pueden esperar para usarla.
No pueden esperar para probarla.
Tienen una bomba.
Cuatro, tres, dos, uno, ¡fuego!"

Catapún!!!! Esta explosión Dadá de la banda anarkopunk CRASS, descontextualizada y amputada de manera vil, nos sirve para presentar a una inmensa banda de pirómanos sónicos que con su reciente disco, "Burning your house down", acaba de hacer estallar una bomba de destrucción masiva (o una zona de exclusión aerea, como prefieran) en la escena rockera actual. Hablamos de THE JIM JONES REVUE.
Efectivamente, tienen una bomba que en cada disco, en cada concierto, hace saltar por los aires las conservadoras profecías de los agoreros que piensan que el rock está muerto, y que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Sintetizando lo mejor de la historia del rock & roll, como puedieran ser un Jerry Lee Lewis metamphetamínico junto a un Little Richard insomne y a unos Zen Guerrilla habitualmente borrachos. Removido y agitado dentro de una sucia y cochambrosa coctelera de sonido punk. Resultado final: flambeado de Jim Jones Revue listo para tragar y quemar la garganta.
Al igual que el pastor homónimo del Templo del Pueblo, sus conciertos son de los mayores suicidios colectivos de energía y electrolitos.
3000 revoluciones al servicio del más desgarrador rhythm and blues garagero, torbellino huracanado de adrenalina al servicio del más sublime éxtasis musical, que tal cual: quema.
   Muy preocupadas las multinacionales acaban de comunicar al planeta que la música rock ha descendido notablemente su volumen de ventas, que se ha acabado el antiguo embrujo que producía en la juventud.
Es bien probable que haya desaparecido de los politonos, de las vías de consumo masivo(en las que en los directos se sintetiza la música de la banda y un ser patético canta sobre ellas), de las listas de (pre)éxitos, de las pelis de adolescentes americanos...
¡Qué pena! ¿No será que los nuevos tiempos están cambiando las redes de difusión y consumo cultural? ¿Acaso pueda ser que muchos grupos de rock estén dando la espalda a la putrefacta industria y busque una relación más honesta y menos mercantil con su audiencia? ¿No será que la época de las estrellitas mediáticas ha llegado a su fin(véase OT)? ¿Será verdad aquello que decían los estoicos y Nietszche sobre el eterno retorno?
El mundo se repite. Primero se extingue por medio de la conflagración, que todo lo prende. Una vez quemado, los hechos se reproducen exactamente en el mismo orden, tal cual sucedieron.
Con ustedes: el regreso del mítico y salvage ritual de caos, y revolución, que siempre fue el Rock and Roll.



                                                             


                                                                 

sábado, 26 de marzo de 2011

EL CANDIL

 Estimados vampiros, con ustedes Radio Vampiro Internacional: ¡Dando candela!

Nos maravillamos al escuchar los ritmos que nos ofrece el mestizaje. Los cuerpos desafían a la mente, y a Platón, para salir de la cárcel estática y comenzar a contonearse, ahora libres. Trance libérrimo, pachanga sin reglas. Pura catarsis, que desemboca inevitablemente en la mayor de las satisfacciones hedonistas.
Hablar de mestizaje en la música no es más que redundar en la esencia de la raza humana. Efectiva etiqueta: y poco más.
La música, como el resto de las artes, en un mundo en el que parece estar todo inventado; es pura transversalidad. Con esta paradoja queremos decir que el verdadero arte puro es arte bastardo. Un contínuo: la acumulación de la intangible riqueza de los diversos hallazgos sonoros del hombre, que (como su propia raza) es multicolor.
Sin embargo, la fusión no florece si no le llega la sabia de las raíces. Raíces que hoy (mayoritariamente) se hallan ocultas en el sustrato de una sociedad que se esfuerza en mirar a territorios y ambientes distintos, recorriendo un complejo y largo trecho desde las ramas hasta las raíces.
Pese a las dificultades, el mestizaje es ejemplo de otro tipo de crecimiento que está muy cercano a la génesis, pues además de acoger otros sonidos (compartiendo el tallo germinal de otras culturas) genera un producto nuevo, mágico, fruto de las pasiones irrefrenables que provocan las flores de lo exótico en la cercanía.
El candil es un ejemplo de estas maravillas que podemos disfrutar. En realidad, el candil se utilizaba, en tierras andaluzas y extremeñas, para alumbrar las fantasías que se reprimían en el día a día debido a los rigores de una sociedad obligada a mostrar una apariencia decorosa y casta. Tan falsa como el reflejo de las charcas en el barro.
Las noches de invierno eran ideales para juntarse al aire libre e iniciar el rito comunal de la unión. Rito iniciado con la invitación al baile y refrendado en su transcurso con abrazos que eran avisados con llamadas al orden, atendidas o ignoradas, a conveniencia de los implicados. Cuando el ritmo hacía subir la temperatura ambiental el hipnotismo en los danzantes llegaba a un clímax que era enaltecido con un golpe que apagaba el candil.
Las tinieblas precedían a la algarabía y cobijaban esas pequeñas licencias en una sociedad que se negaba a ver la pasión.
Acaso uno de los grupos más aventajados en interpretar sonidos mestizos son Los Niños de Los Ojos Rojos, magnífica banda extremeña que está en lo más alto de la depauperada escena musical española a base de enriquecer sonidos balcánicos con celtas, rockeros, ska, raperos y joteños. Mezcla muy rica que, durante el transcurso de la canción, genera el ancestral embrujo que provocaban las coplas del pasado.
Con ustedes regresa el trance primigenio de las músicas y los bailes.


                                                                 


miércoles, 16 de marzo de 2011

LA NOCHE Y EL DÍA

   Estimados vampiros, abran de par en par las céreas puertas de sus oídos pues con ustedes regresa, un día más:
RADIO VAMPIRO INTERNACIONAL.

   El día y la noche, la noche y el día, son fenómenos, en apariencia, antitéticos, contrapuestos. Sin embargo, sabemos que no todo lo que la luz alumbra es lo que existe y que la oscuridad arroja (insultantemente) mucha luz.
Al contrario de nuestro maniqueo oscuro mundo vampírico, los humanos poseen una magnífica virtud y es la multiplicidad de interpretaciones posibles que se pueden hacer de hechos análogos, con argumentos válidos en la mayoría de ellas.
Desgraciadamente, no muchos conocen esta gran cualidad humana, que es la duda y el respeto por la diferencia, y caen con facilidad en dogmas hirientes, si no destructivos.
Como siempre, para nosotros, la mejor forma de plasmar los conceptos es la música y vamos a ejemplificarlo con una de las mejores composiciones musicales de la historia.
Se trata del "Imagine" de John Lennon.
En el temazo original se puede apreciar con facilidad el envoltorio melancólico que poco a poco se torna en cierto candor esperanzador. De las tinieblas iniciales se va caminando a la luz como único camino posible, fiel reflejo del optimismo hippie.
Esta perfecta canción se convirtió en himno de la paz mundial, en la tarjeta de presentación de una juventud utópica, entusiasta, con muchas ilusiones. Quizás, con pocas esperanzas.
   En la versión (y visión) de A Perfect Circle, que proponemos, la melancolía ya no es la felicidad de estar triste de los hippies sino la tristeza de la resignación.
Si antes se iba desde lo ténue hacia la luz ahora la canción se dirige de la oscuridad a las fosas del abismo, como si las puertas del infierno se fueran a abrir de par en par, de un momento a otro, en una inevitable y merecida apocalipsis.
Del optimismo hippie(y pop) se pasa al pesimismo metal, de la iluminada voz de Lennon a la temblorosa y umbría de Mynard James Keenan.
La primera encauza el utopismo esperanzador que reinó en los 70 en un mundo emergente y floreciente, la segunda la distopía crítica, de la deriva de esa oportunidad perdida, representativa del siglo XXI. Donde la esperanza se ha evaporado, no hay revolución posible y sólo queda gritar para por lo menos argumentar que ¡Ya lo decía yo!
A pesar de tanta contraposición ambas, sin duda, contienen un mensaje unívoco e inequívoco:
El mundo vivirá como uno.
¿Cuál es el tuyo?



                                                             



                                                                 

domingo, 6 de marzo de 2011

UNA PEQUEÑA HISTORIA DEL JAZZ

Un nuevo día oscurece, y con él nuestras débiles almas se desvanecen.
Con ustedes, emitiendo, Radio Vampiro Internacional.

En la vasta influencia y creatividad que caracteriza a la música negra americana, el jazz ha jugado un papel fundamental. Como apuntamos en su día existen, en esta bonita vida que padecemos, paradojas mágicas:
El jazz, la más libre de las músicas, fue creada por los esclavos negros de las plantaciones de algodón del Sur de EEUU y de él, como una especie de catarsis liberadora, emergió toda la música moderna.
La palabra que mejor lo define es la improvisación: no se sigue una lectura fiel de las partituros y la melodía fluye libre entre ciertas estructuras armónicas, priorizando más al intérprete que a la composición.
Por lo tanto, la esencia, tanto estilítica como existencial (política) del jazz es la libertad.
Sucede hoy, que el jazz ha sido extrañado a sí mismo. Se ha cosificado. Se le ha separado de su razón de ser. En sus orígenes, como apunta magistral Eduardo Galeano:
"Las bandas de los burdeles tocaban toda la noche sin parar, en balcones que les ponían a salvo de golpes y puñaladas cuando se armaba la gorda(...) (...) Louis Amstrong es nieto de esclavos, como el jazz, y ha sido criado, como el jazz, en los puteros"
Hoy, en cambio, ya no es la música del pueblo oprimido que se interpreta en sucios antros de lenocinio. En nuestros días es muy del gusto de la caspa intelectualoide de la próspera clase media-alta, y se interpreta en teatros aristocráticos y en locales de "alto diseño". Se ha convertido en música canónica, de la minoría, y en sinónimo de estilo, seriedad y buen gusto. Se ha vuelto blanquecino, pálido, muy bien representado por Diana Krall, y sus malnacidos grammys.
Asímismo, en su momento, esta nueva música loca fue una auténtica revolución que desafió al puritanismo blanco, del colono esclavista inglés, con movimientos imposibles de cadera y aspavientos incomprensibles para una generación dominada por una férrea moral. Con los años se fue convirtiendo en un estandarte de protesta y rebelión. Plataforma incontestable de acción social y soporte del movimiento de liberación negra de EEUU(1960-1975) contra el racismo y el segregacionismo del apartheid.
Entre los artistas que jugaron este importante papel, para la historia de la defensa de los derechos humanos,
se encuentra nuestra artista de hoy: Abbey Lincoln.
Abbey Lincoln, aparte de ser una suprema belleza negra, fue un maldito grano en el culo para el FBI. Rebelde y combativa, impuso a sus canciones una intensidad emocional inaudita. Antológica es la suite, compuesta junto al excelente baterista Max Roach, "We Insist!; Freedom Now Suit", de 1960, convertida en leitmotiv y exasperado grito de libertad para toda una generación marginada e influenciada por el Black Power, patente desde la misma portada donde aparece un camarero blanco mirando desafiante a tres clientes negros.
Al contrario que algunos músicos negros coetáneos, el primer Ray Charles o el mismísimo James Brown (mas preocupados por el éxito comercial que por el devenir de su comunidad), luchó contra viento y marea para defender sus ideas. Hasta tal punto que se vio obligada (debido a las presiones y a la censura gubernamentales) a abandonar la escena musical, a lo que respondió con un compromiso total con la candente escena política de su comunidad.
Abbey Lincoln, la artista total: poeta, dramaturgo, actriz, jazzwoman... murió hace escasos seis meses.
En Radio Vampiro estamos seguros de que en el vacío se encuentra sin descansar en paz. Seguirá luchando con su sabiduría por un mundo más justo.
Cantando a los niños muertos sus magníficas canciones, e ilustrándoles sobre lo que debería ser la vida.
Este programa va dedicado a su memoria.






martes, 1 de marzo de 2011

EL SUEÑO

 Estimados vampiros amantes de la vigilia, con ustedes
 
RADIO VAMPIRO INTERNACIONAL, emitiendo.
 
Este programa parte de una preocupación sobre la importancia de los sueños.
Incuso en los hombres más escépticos, y pragmáticos, el sueño reviste gran
parte de sus pasiones, y sus (pre)juicios. Es por ello que el sueño es distinguible
pero inseparable de la realidad, de la esencia. Lo que los filósofos llaman inmanencia
La obra que aquí se presenta es fruto de un profundo y confuso sueño del polaco
Tomasz Baginski, ilustrador y animador autodidacta, y está arropada por la fanfarria
romaní de la Fanfare Ciocarlia. 
Combo de 12 gitanos rumanos cuya magia gypsy se funde a la perfección con la más
alocada de las charangas de pueblo, dando lugar a la música irreal del fin del mundo.
Los confines del planeta que vieron nacer a nuestros vampiros primigenios.
   Hay veces que de los pensamientos más trasnochados y fictícios emergen, con 
insultante lucidez, las miserias de la condición humana.
Y con gran violencia la ficción y el sueño se tornan cruda realidad...
Y aunque es verdad que en este mundo se puede matar a los soñadores, jamás
nadie ha sido capaz de aniquilar al sueño.
 


 
 
 
 

jueves, 24 de febrero de 2011

LA ECLOSIÓN

¡Muy buenas, sedientos chupasangres! ¡Bienvenidos, malditos radioleyentes!
¡Todos los sentidos alerta! ¡Los transistores a tope! ¡Afilad vuestros dientes!

Hoy comienza, con ustedes: 

RADIO  VAMPIRO  INTERNACIONAL!

¡Vampiros de todo el mundo! ¡Amantes de la oscuridad!
El futuro es una página en blanco por escribir. ¡El futuro es nuestro!
¡Vuelven los tiempos oscuros! 

Eclosiona de entre lo más profundo de las ondas hertzianas la radio que dice lo indecible. Que opina sobre lo inopinable.
Que emite lo que necesita ser emitido.
Si estáis en este dial, estáis en el dial correcto.
 

Emergemos de entre las tinieblas como una llamita que poco a poco todo lo prende hasta que explota en la atmósfera sonora de nuestras mentes.
Y qué mejor manera de resucitar de entre los muertos que con una melodía de Los Curas.
Los únicos curas curativos. Cuya sensible introspección, su necesario existencialismo, penetra en el abismo de los inocentes seres y les arroja un mínimo halo de luz, entre tanta oscuridad.
Rescatamos a los maestros del barroco del rock porque, después de tan opaca existencia, es necesario que alguien alumbre los mil matices que contiene el color gris. Encabezados por Roberto Smith, rostropálido-mentenferma. El Ángel Caído, que canta como los ángeles. Con unos directos que elevan las melodías inquientantes a la mística lunática, combinados con la extraña capacidad de jugar con la luz en la oscuridad. De iluminar el paisaje sombrío de nuestras malnutridas almas.
Con ustedes: Los Santos que se hallan en lo más alto de los altares de la Catedral del rock.

Fluye la sangre por las venas
y se derrama suculenta
los muertos no necesitan aspirinas
pero gustan de la lluvia
y del fuerte viento
y de la música escalofriante