lunes, 13 de febrero de 2012

LA DIGNIDAD CAMINA DESCALZA

   Estimados vampiros, con ustedes un día más de radio desnuda. Buscando pellizcos de verdad entre sacos de mierda idolatrada. Única salida: el ceremonial del adiós. El único atisbo de certeza nos lleva de cabeza al mundo de las sombras, a la inevitabilidad deseable de la puta muerte. Ondas de sangre necrosada luchando por fluir cual cuentagotas sin timón, les presentan a la auténtica, pálida, gélida y ojerosa: RADIO VAMPIRO INTERNACIONAL.

  Como decía nuestra alegre entradilla volvemos a utilizar la elegía a una cantante para sepultar el olvido y sembrar la semilla de futuro que nos devuelva hacia algún camino correcto, para que el eco de la muerte no sepulte a los referentes espirituales, y nos guíe para salvar los obstáculos que lastran la inspiración. 
Cize, Cesária Evora, La dama de los pies descalzos, La reina de la Morna...apagó su magna voz el 17 de dicciembre pasado.
Cesária era la máxima representante de la morna, estilo musical caboverdiano en el que confluyen el romanticismo del (colono) fado portugués y de la samba brasileira. Susurro criollo de amor, sutil quejío colonial, que en los campos de algodón llamaban blues y en las carretas trashumantes flamenco. En Cabo Verde a ese sentimiento se le llama "Sodade". "Sodade" significa tristeza, melancolía, amor a la tierra perdida:  la precisa medida del peso del alma de los exiliados.
El sentimiento de un pueblo, el caboverdiano, del que más de la mitad de su población vive en tierra extraña, fuera de sus maravillosas islas a las que "el proceso civilizador", de los colonos portugueses, legó una enorme fortuna de hambre y esclavitud.
En ocasiones sucede que una canción, una cantante, se erige como representante de un pueblo y lo dota de dignidad, lo sitúa en el mapa y se convierte en su mejor embajadora. Sin abandonar jamás su amado pueblo, Mindelo, tras décadas de deambular cantando de taberna en taberna de marineros a cambio de unos escudos para aguardiente, Cesária contracolonizó Europa a ritmo de tonadas de amor y dolor.
París, Amsterdam, Lisboa...se quedaban perplejos ante la desnudez de los pasos de una mujer madura, de benévola mirada y trémula voz, que salía al escenario descalza. con la naturalidad con la que retozaba en el salón de su casa, paseando la respetabilidad de un pueblo colonizado más de 500 años (1462-1975)
En palabras de Evora: "En la época de los colonos, mi gente no tenía derecho a caminar descalza por ahí. En Mindelo, mi pueblo, los que no podían comprarse unos zapatos debían quedarse en la calzada, y sólo los que los llevaban puestos podían caminar por las aceras"
He aquí un poco de verdad desnuda, de dignidad descalza.  
El comienzo de un nuevo caminar...
                                                                     
                                                                           

                                                                            
                                                                               

martes, 13 de diciembre de 2011

EL ÚLTIMO ADIÓS

  Estimados vampiros con ustedes emitiendo, desde un humilde receptáculo de sueños que ondean a la deriva:
Radio Vampiro Internacional.

   Si un alienígena bajara de su platillo volante (que pudiera ser) y le diera por pisar nuestro país (comprensiblemente improbable) y nos preguntara qué música se hace aquí, siempre hemos pensado que le daríamos a escuchar a Enrique Morente.
En concreto, una de las mayores obras maestras del arte contemporáneo: "Omega". Esta obra de incalculable valor fue publicada por Morente y Lagartija Nick en 1996 y es una cuestión irrefutable que es el mejor disco publicado en la historia de la música contemporánea española. Obra que no sólo trasciende cualquier género musical sino que retorna a los mayores creadores líricos del siglo XX (Lorca y Cohen) pasado por el filtro y la génesis de un visionario de los nuevos caminos, las nuevas estructuras que, sin duda, debe adoptar la nueva música si quiere ser considerada arte, y no una archiconocida, y recurrente, copia lineal de productos sonoros.
   Enrique Morente, el joven obrero analfabeto que soñó con ser poeta del cante. El esfuerzo autodidacta le llevó a manejar con soltura toda la historia de la poesía española y le convirtió en el mayor maestro y divulgador musical de los San Juan de Cruz, León Felipe, Miguel Hernández, Machado, Alberti, Lorca...  en la voz de los poetas muertos.
Su dominio sobre el flamenco clásico era absoluto, clavando los cantes, rescatando palos en desuso; pero mayor aún era su capacidad para encontrar la regeneración de lo ortodoxamente engangrenado en un monolítico aplauso autocomplaciente. Aunando lo mejor de lo clásico y la vanguardia musical, lo añejo con lo tecnológico, por muchos fue incomprendido, vilipendiado y expulsado de los céreos cánones flamencos. 
A pesar de sus casi 70 años seguía siendo un joven soñador, con muchas ganas de vivir, juerguista (sus conciertos duraban, practicamente, hasta que la organización cortaba la luz), inquieto, absorbente de la vanguardia y un auténtico modelo de apertura a otros mundos y generaciones.
Bromeaba, medio en serio, diciendo que le hubiera gustado ser un roquero y por ello compartió escenario, y creación, con varios de los grupos más vanguardistas del rock: Los Planetas, Lagartija Nick, Sonic Youth. Seguía soñando con abrir con su música el camino hacia un mundo nuevo, libre de fusiles y veneno, de recalcitrantes momias asesinas.
Idealista, humanista: sólo un hombre en la tierra era capaz de que su voz, su música, fuera una especie de conexión transcendente con el trance tribal de los hombres primigenios. Sus conciertos eran auténticas experiencias místicas, misas solemnes, cuyo sonido envolvente, de ultratumba, extendía el alma hacia lo más sublime del espacio etéreo.

Hoy hace un año se marchó, sin pedir permiso, el mayor artista de la música contemporánea española; y muchos no se han dado ni cuenta.
Su voz nunca más vibrará desde el Albaicín hasta el Paseo de los Tristes, pero en el sueño aún queda la esperanza de que los alienígenas le abdujeran y su voz se encontrara con las estrellas que guían el devenir de las personas que viven la pureza del arte.




 


                                                                         
                                                                         

viernes, 11 de noviembre de 2011

CON TODA PALABRA

    Estimados vampiros, bienvenidos al abismo de la radio sesgada por el amor a la música. La radio consciente de que es el amor el que hace que suenen las músicas, esas que provocan que cielo y tierra se fundan en un inmenso todo maravilloso de sensaciones encontradas, en un imperceptible horizonte, tan puro: que duele.    
Con ustedes, un día más:
RADIO  VAMPIRO  INTERNACIONAL.

   A pesar de nacer norteamericana, su madre le puso el nombre de la capital de Tibet por sus bellos ojos rasgados. Al contrario de buena parte de sus paisanos, Lhasa, era una ciudadana del mundo. El cual recorrió, desde bien chiquita, como una auténtica trotamundos soñando en una caravana. Por ello sus versos fluían naturales, y precisos, tanto en inglés, francés, como en español. Palabras exactas que brotaban arropadas por una música serpenteante, hipnótica.
   La mujer de la sutileza artesana, que no infringía las normas modernas de producción sino que las ignoraba. A pesar de cancelar a la mitad su gira de 2009 por problemas de salud, nuestra inocencia nunca sospechó que estaba ardiendo de cancer. Su enorme valentía le hizo salir a recorrer, como cuando niña, medio mundo, hasta que el bicho dijo basta y apenas le dejó asomar la cabeza hasta el primer día de 2010.
Nosotros que creímos que a sus 37 años, tras la pérdida de Mercedes Sosa, era la nueva voz de Hispanoamérica. Demasiado pronto.
(Si)Acaso, nos puede quedar un pequeño consuelo: al igual que nosotros aprendimos a saborear la música, y su sentido, gracias a ella. Ella paladeó cada minuto, cada segundo (deleitosa) su vida.
Pero lo cierto, es que el destello minucioso de la música ahora es una estrella apagada.
La mujer de corazón profundo dejó el nuestro vacío, pero lleno de tragedia.
Devolvió a la palabra su significado, y como nosotras, Lhasa, era amante de la música triste. Cantora: que bebía del blues, del folk, del klezmer, de Violeta Parra, de Victor Jara, de Mercedes Sosa...
Amante de la música cuyo único optimismo es la (pequeña) certeza que (una) supone (es) estar viva.
Como las grandes poetas, sabía que el único poder debe residir en la palabra.
Y, hoy, el escalofrío manda. Hoy, que sabemos que si mueren las poetas nadie susurra al oido de los muchachos.
Que sabemos que no es justicia lo que prestan los dioses.
Hoy, que si miras al cielo: ya no hay lluvia.
Hoy, que las palabras verdaderas son las lágrimas de los que no pudieron llorar.
Y en vez de llorar, hablaron:
Con toda palabra.



                                                   


                                         



 


miércoles, 2 de noviembre de 2011

LOS NIÑOS YANQUIS JUEGAN AL BÉISBOL EN LAS CALLES

JA, JA, JA. Amados vampiros, prepárense para el alunizaje sonoro de la radio más sangrienta del universo lunático. Con ustedes, tras una larga hibernación,
RADIO  VAMPIROU  INTERNACIONALLLLLL!!!!

  "Los niños yanquis juegan/al béisbol en las calles, los niños libios corren/entre bombas y escombros. Reagan tiene almorranas/su culo escupe sangre"(extracto de canción, recurrente, de Código Neurótico)

  Las historia se reproduce con preocupante fidelidad. Eterno retorno a sangre y fuego. El pueblo libio es todo un ejemplo de dignidad y vanguardia revolucionaria así como de objeto de opresión y exterminio. Ya fue el primer pueblo en conseguir la independencia en África y su experiencia emancipatoria desencadenó la (supuesta) liberación colonial de todo su continente. Como suele ocurrir en toda revolución el poder popular se lo apropian unos pocos. En esto Libia no fue vanguardia y reprodujo la eterna maldición de la historia de los movimientos sociales que tornan a políticos (poder puro y duro); si no a religiosos, como probablemente ocurra ahora. Primero el rey Idris, luego Gadafi y ahora...más sangre, más fuego.
Hace casi treinta años, Libia, también sufrió los bombardeos del imperio.Todo un pueblo inocente y oprimido sufrió los pepinos que le salieron del culo a Reagan, en represalia por el apoyo de Gadafi a grupos terroristas.
El germen de los actuales movimientos populares en los países árabes es puramente libertario. El grito desesperado de una sociedad oprimida por la dictadura y la escasez de pan. Ambas cuestiones subvencionadas por los países imperialistas que ora matan a un pueblo de hambre con el bloqueo económico, ora blindan el poder de un sátrapa a cambio del negro líquido elemento, y de la entrada de sus multinacionales. El eterno problema colonial. Neo, solo es un personaje de pelicula.
Mientras la ciudadanía libia se jugaba la vida y la dignidad contra su férreo régimen todos los mandatarios occidentales, miembros de la Otan y de la Onu, andaban muy preocupados por el color que le iban a poner a los Mercedes que les había regalado el dinero gadafo. Pero como la codicia y la justicia son infinitas, se decidió excluir los cielos y teñirlos de fuego. Se puso en marcha el peligroso unívoco envoltorio mediático y, de repente, occidente se volvió revolucionario.
No existe guerra justa. En el macabro juego de la guerra nadie entra sin cobrar. Quienes participan invierten su dinero, quienes se oponen: su sangre y su libertad.
Esta canción va dedicada a estos últimos.

                                                           

martes, 26 de julio de 2011

LA CALLE ES GRATIS

    Sudorosos vampiros, amantes del etéreo crepúsculo estival, desplieguen sus alas con atención pues con ustedes se halla Radio Vampiro Interncional, emitiendo.

   Cuando una/o traspasa las puertas del metro, habitualmente, el vagón está repleto, se mendiga el oxígeno y transpiran los cristales. Metro de Madrid: Suda.
Hay ocasiones, mágicas, en las que detrás nuestra entra un músico, desenfunda su raído acordeón y empieza a entonar una antigua canción popular de su lejana tierra, allá en el Este. O una triste ranchera, o el mítico "When the saints go marching in"...
Cuando entona sus primeras notas, es fácil obsevar alrededor los, cada vez más caídos, rostros de la gente. Se percibe cierto encogimiento, recorren el vagón sucias miradas de incordio, le observan como una amenaza: un extranjero que perturba con su ruido el armónico traqueteo del tren.
Para algunos, los menos, es un regalo. Un halo de luz, en aquel agujero infernal. Es medicinal para su claustrofobia y les hace más llevadero el viaje. El agobio sudoroso torna ahora en sonrisa y deleite.
Tanto en el metro como en las calles de la ciudad, todavía, quedan estupendos músicos que nos hacen la vida (calculada y monótona) más alegre. Nos muestran su arte y cultura a cambio de nuestra voluntad. El único intermediario es un pañuelo tendido, que sostiene algunas monedas con las que sobrevivir.
Para las personas que les gusta la música, es mucho más fructífero dar un paseo por la ciudad que escuchar la radio, pues en este país es (muy)raro que en una emisora se pueda escuchar música de Los Andes, Nueva Orleans, clásica, El Caribe, folk, fanfarria de gitanos rumanos (que hacen sonar de manera exquisita trompetas y acordeones destartalados)... en menos de una hora.
Un incalculable tesoro de arte, tradiciones y miradas que nos abrazan, día a día, sin apenas darnos cuenta.
   Aunque a los mercaderes de música les parezca increíble, la concepción de músico callejero (que se expresa informalmente en el espacio público, a expensas de los canales masivos de difusión de la cultura), desde hace siglos, es la transmisión más común de la música popular tradicional. Trovadores y juglares jugaron un papel fundamental al cantar, junto a su laud, una tradición oral que ha prefijado muchos de los mitos culturales de la mayoría de los pueblos. Africanos, en su huida de la guerra, en vez de un AK47, empuñan su yembé y nos ilustran, con su magnífica voz, sobre la diáspora y los horrores que se producen en su pueblo. El gitano rumbero, desde tiempos inmemoriales, anima al abrazo de los amantes. Los chavalitos del hip hop nos escupen a la cara sus inquietudes y los problemas del barrio. Ya hablamos del quejido callejero de los vagabundos del jazz y del blues...
Incluso, hoy, hay mucha gente que no se nutriría de la música en vivo si no fuera por los sonidos que nos brindan las calles.
   En nuestras grandes ciudades (al contrario de lo que sucede en Kingston, Nueva Orleans, New york, El Cairo, etc) se considera a los músicos callejeros como perturbadores del orden cívico, contaminantes acústicos, caraduras que no pagan el impuesto revolucionario de la (pútrida, corrupta y monopolista) SGAE, bohemios malnutridos que repelen la atracción de capital privado.
No se consideran patrimonio cultural de una ciudad viva. Es por ello que las ordenanzas de los dos grandes ayuntamientos del país cada vez ponen las cosas más difíciles: en Madrid (aparte de cerrar decenas de salas en vivo) se prohibió hace un año tocar la percusión en El Retiro (en donde se liaban las mejores tamboradas del mundo, en un espacio, tangible, de auténtica convivencia racial) además de poner contínuas trabas respecto a los espacios y horarios.
En Barcelona, al igual que en Madrid, buena parte del centro está vetada, pero lo más acojonante (y vejatorio) es que el ayuntamiento ha realizado una serie de castings (¡hasta donde llega la infamia televisiva!) para limitar los músicos que tienen permiso para tocar en el metro. El criterio de selección es que los músicos han de ser melódicos y suaves. Sin comentarios...
   Del arte callejero, además de la mera expresión artística, subyacen muchos otros intereses. Es una pequeña isla de resistencia frente a las contínuas agresiones a la libertad de expresión en la calle, frente a la (antinatural) mercantilización del arte y frente a la podrida expropiación de los espacios públicos, que pasan a manos privadas, previa comisión al alcalde de turno.
   El rito musical es auténtico. Las gentes que se buscan la vida en la calle conforman un aparato integral de resistencia. Crean un espacio modélico de convivencia multicultural. Y, aparte de su arte al desnudo, nos muestran que otra forma de arte es posible, otro tipo de conversación musical es deseable, y otro aprovechamiento del espacio público urge.
Queridos vampiros: salgan a las calles con unas monedas, den un paseo y conecten su alma con las múltiples músicas que éstas regalan.
¡El arte está en las calles!
¡Qué suene la música!
¡La calle es gratis!

                                                   
*Nota: esta canción es un regalo de VampiLuis y es un grito desesperado para que las personas que están sufriendo este amargo verano no se vayan y hagan un titánico esfuerzo para permanecer sangrando, riendo, llorando, junto a nosotros.          


martes, 24 de mayo de 2011

CHICO BLANCO MISTERIOSO

Pálidos y errantes seres, con ustedes Radio Vampiro Internacional: emitiendo.

   Como las calles por las noches, nuestro programa es un bosque de espejos de la muerte y de los sueños. Experiencias laberínticas de vampiros sedientos por hacer del público un artista, más que del artista pueblo. Cultura popular en MAYÚSCULAS, consciente, rebelde, despierta. Navegando, sin rumbo y en el delirio, por los recovecos de la psique, por los mares de nuestra ignorancia.

   Hubiera sido poco decoroso que el rock de los noventa se recordara, únicamente, por los berridos (aún gratos) de los Cobain, Corgan, De la Rocha, Fran Black, etc... y se olvidara para siempre de la voz de voces, sensibilidad de sensibilidades, del Mistery White Boy: Jeff Buckley.
   Niño prodigio, amante de la desventura, profeta de la lírica triste y enigmática, de la tragedia. Visionario de la profecía autocumplida.
Hijo del gran cantautor, Tim Buckley, al que, a pesar de ver una sola vez, quedó por siempre conectado heredando su magna voz, y su triste y prematura muerte.
Andaba desmbulando con su música por bares y cafés cuando el reputado productor Andy Wallace (White Zombie, Bad Religion, Nirvana) le descubrió y le metió a grabar, en el otoño de 1993, su única y excelsa obra: "Grace". Increíble disco de gran complejidad en estructuras y arreglos, capaz de convertir en música lo inaprensible, en poesía sonora el mundo de los sueños:
   "¿Has tenido alguna vez esa clase de recuerdos en los que crees recordar un sabor o una sensación o algo... quizá un objeto... pero esa sensación es tan extraña que no puedes quitártela de encima? Te vuelve loco. Esa es mi premisa estética musical... ese imperceptible recuerdo. Es algo enteramente surreal. Es como si hubiera un guardián en la puerta de tu memoria y no te dejara recordar ciertas cosas porque solo puedes recobrar la totalidad de la memoria sometiéndote a su poder"
   Su música y lírica (oníricas) son reveladoras de la desgracia, profecías de lo que, a nadie extrañó, sería su trágico final: 
La canción "Eternal Life" comienza con unos versos donde la cercanía de la muerte es palpable: "La vida eterna sigue mis pasos/Ya tengo mi ataud rojo brillante, tío, solo necesito un último clavo". En "Lover, you should´ve come over" dice: "Miro la puerta y veo la lluvia cayendo sobre los asistentes al funeral/Desfilan en un duelo de tristes relaciones mientras sus zapatos se llenan de agua". En "Dream Brother"(ver video): "Hay un niño dormido al lado de su gemelo/Las fotografías se las lleva con rabia el viento/Y entonces aparece ese ángel sombrío/Les observa con sus negras alas desplegadas".
   El chico de mente brumosa, y arcana, se encontraba en Memphis para empezar a grabar con su banda lo que sería sus nuevo disco. La versión oficial dice que al anochecer del 29 de mayo de 1997, Jeff y un amigo, bajaron a la orilla del gran Mississippi para sentarse a tocar y cantar. Cuando en el casete que llevaban empezó a sonar el "Whole Lotta Love", de Led Zeppelin, Jeff se tiró emocionado, y vestido, al agua. El paso de una lancha generó una ola que hizo que su amigo, Keith, se girara para recoger su casete y evitar que se mojara. Cuando volvió la cabeza, Jeff, había desaparecido. Después de buscale, con submarinistas y helicópteros, durante todo el fin de semana, el cuerpo hinchado fue avistado, cinco días después, por una barcaza de turistas.
El lecho del ancho río dejó mudo, para siempre, al mayor acróbata de la voz hasta entonces conocido. Capaz, en un instante, de pasar del más apabullante desgarro vocal al lirismo perfecto de un tenor.
Nunca nadie interpretó el Hallelujah, de Leonard Cohen, como él. Nadie la enriqueció y sintió, como él, nunca antes. Por ello la hizo suya y estableció la canción definitiva (ver video).
El mundo de Jeff Buckley era la música total, trascendente. El traspaso por la luminosa puerta que nos separa de la realidad, de la vida aparente. Por eso su vida estaba más cerca del umbral que cruzó a través de las traicioneras aguas del Mississippi, flotando, enigmático, en el mundo de los sueños inacabados.

  

                                                                                                                   






miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS DIGNOS

   Los hijos del agobio, los emboscados en el monstruo cotidiano de la importencia hemos dicho basta. Rehartos del insulto hemos decidido que si nos llaman tontos al menos deberían, como el circo romano, darnos pan. Cuando tenemos hambre y pedimos pan nos dan una hostia, no te alimentas pero te calientas. En cambio, si tienes frío y pides calor te dan una mierda: no te vas a calentar pero te alimentas.
Sin embargo, los chicos de la porra de Rubalcaba y Gallardón no desangran tanto a la razón como creen. A los legisladores de mierda les ha salido el tiro por la culata. Su violencia no ha hecho más que congregar a más miles y miles de ciudadanos en la plaza de la ciudad.
Ahora su estrategia es otra: ¡Que hablen los antidisturbios de la palabra! Los mercenarios de la comunicación reaccionan en las tertulias torturando al pensamiento, imponiendo la voz de su amo. A nosotros nos da la risa:¿Cómo son tan tontos? ¿Cómo nos pueden dominar estos sin cerebro? Cada paso que dan para aplacar esta revuelta espontánea ciudadana, se ve que no tienen ni puta idea de qué hacer, pues más se va convirtiendo en un movimiento social. Por cada palabra vacía que vomitan más se va configurando un hilo conductor que convierte la indignación en una dialéctica constructiva. De la indignación se nutre todo un cuerpo de ideas universales que buscan la dignidad. No es más que recobrar la esencia de la política. La construcción de una pequeña república en la plaza de la ciudad. La reconquista del ágora de la polis donde se decide en asamblea. La Comuna de Madrid. La democracia y el espacio público partícipes de sus ciudadanos y a la inversa.

Estos días Madrid es una fiesta. A veces parece una pequeña historia romántica, otras parece que en la plaza se oye el latir del universo.